Por OVB 
En el marco de las actividades prácticas de la carrera de Técnico Superior en Biotecnología del ISFT N°213, alumnos y alumnas realizaron una visita educativa a la Sala Comunitaria de Elaboración de Productos con Agregado de Valor de la Agricultura Familiar, perteneciente a la PUPA de la Universidad Nacional de La Plata – Facultad de Ciencias Veterinarias.
La jornada se desarrolló en las instalaciones de la unidad productiva, un espacio que funciona como modelo de producción, agregado de valor y comercialización de alimentos artesanales, en articulación con la Prosecretaría de Agricultura Familiar y la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNLP. La sala cuenta con habilitación oficial en el marco del Registro Provincial de Pequeñas Unidades de Alimentos Artesanales (PUPA), certificada bajo el N° 02-055-000009, garantizando condiciones sanitarias adecuadas y trazabilidad de los productos elaborados.
Durante la visita, los responsables de la Unidad Productora recibieron a los estudiantes y compartieron un recorrido detallado por las instalaciones, explicando las distintas actividades productivas que se desarrollan, los criterios de elaboración, las prácticas de higiene y los controles necesarios para asegurar alimentos seguros y de calidad.
Además, se abordaron los desafíos cotidianos que enfrenta una unidad de este tipo, desde la organización del trabajo y el cumplimiento normativo, hasta las dificultades logísticas, económicas y de sostenibilidad que atraviesa la agricultura familiar. Estos intercambios permitieron a los estudiantes vincular los contenidos teóricos de su formación con situaciones reales del territorio productivo.
Un eje central de la charla fue la cadena corta de comercialización, destacando el recorrido “del productor a la mesa”, que reduce intermediarios, fortalece el vínculo con los consumidores y promueve un modelo de consumo más justo, local y consciente. En este sentido, se presentó también la experiencia de La Justa, iniciativa de comercialización asociada a la unidad, que visibiliza el valor social, productivo y sanitario de los alimentos elaborados.
La actividad resultó altamente enriquecedora para los futuros técnicos, reforzando la importancia del conocimiento aplicado, el trabajo interdisciplinario y el compromiso social de la biotecnología en el desarrollo local y la soberanía alimentaria.
