Desde hace tiempo las redes sociales se convirtieron en una herramienta de comunicación que facilita la promoción y comercialización de productos al llegar, a través de diferentes formatos, a miles de personas o seguidores.
Pero esta suerte de estrategia de marketing digital que apunta a un amplio mercado puede tornarse peligroso de no tomarse precauciones. Y más aún cuando la difusión tiene como fin la venta de alimentos cuya procedencia carece de controles, resultando un comportamiento arriesgado.
Y esa conducta que aún, pese a las advertencias de los problemas que puede causar, está aceptada culturalmente termina acentuándose con la irrupción de publicaciones en Facebook u otros dispositivos virtuales donde particulares ofrecen distintos alimentos.
Por todo esto me veo obligado a remarcar “la importancia de adquirir productos que provengan de establecimientos habilitados por las autoridades competentes y que cuenten con los certificados correspondientes” al tiempo que recuerdo que “el consumo de productos cárnicos y alimenticios en general no seguros, pone en riesgo la salud de los consumidores”.
“La salud pública es una construcción social que necesita la participación y el compromiso de todos”
Fuente: Bromatologia del hogar