Desde Escherichia Coli hasta Klebsiella Pneumoniae encabezan la lista de las bacterias más resistentes y complicadas de atender en el mundo.
  • Los medicamentos ayudan a prevenir millones de casos trágicos en todo el mundo pero siempre se deben consumir con responsabilidad.
  • Si se mantiene la tendencia actual se estima que en el 2050 las bacterias resistentes a los antibióticos serán responsables de 10 millones de muertes anuales.
  • Para poner en contexto, la cifra representa el triple de los decesos provocados por la pandemia de Covid-19 en el 2020.

La creación de medicamentos está considerada como una de las revoluciones más grandes de los últimos siglos. Gracias a esta innovación se previenen millones de fallecimientos cada año en todo el mundo. Al mismo tiempo, su abuso ha generado que algunas bacterias se vuelvan resistentes a los antibióticos. Parece un problema mínimo pero en realidad es todo lo contrario.

Todos los medicamentos se deben consumir con responsabilidad

De manera constante se hace énfasis en el uso correcto de los fármacos. Aunque parece un mensaje repetitivo es necesario recordar el impacto negativo que genera la automedicación. El problema no solo es inmediato sino que causa daños a largo plazo.

Por su parte, también se debe recordar que los antibióticos son medicamentos utilizados para prevenir y tratar las infecciones bacterianas. De forma obligatoria se debe contar con una revisión a cargo de profesional de la salud antes de ingerir alguno. Incluso en países como México está prohibida la venta de este tipo de insumos si no se presenta una receta médica en las farmacias.

En ese tenor, son las bacterias, y no los seres humanos ni los animales, las que se vuelven resistentes a los antibióticos. Estas bacterias farmacorresistentes pueden causar infecciones en el ser humano y en los animales y esas infecciones son más difíciles de tratar que las no resistentes.

Con esto en mente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que es necesario que se cambie urgentemente la forma de prescribir y utilizar los antibióticos. Aunque se desarrollen nuevos medicamentos, si no se modifican los comportamientos actuales, la resistencia a los antibióticos seguirá representando una grave amenaza.

El peligro de las bacterias en el presente y a futuro

De hecho, con base en los pronósticos, si la tendencia se mantiene para el 2050 la resistencia a los antibióticos será la primera causa de muerte en el mundo. Se estima que podrían reportarse hasta 10 millones de decesos anuales. Para tener una idea del impacto, la cifra representa tres veces los fallecimientos provocados por la Covid-19 en el 2020.

Ahora bien, de regreso al presente, existen 6 bacterias resistentes a los antibióticos que son las que generan más preocupación. La OMS las describe como ESKAPE por las siglas de cada una y se trata de las siguientes.

  • Escherichia Coli
  • Staphylococcus
  • Klebsiella Pneumoniae
  • Acinetobacter Baumannii
  • Pseudomonas Aeruginosa
  • Enterococcus Faecalis Faecium

 

 

Las infecciones bacterianas comunes presentan cada vez mayor resistencia a los tratamientos. Más del 20% de las cepas aisladas de Escherichia Coli, que es el patógeno más común en las infecciones de las vías urinarias, son resistentes tanto a los fármacos de primera línea (ampicilina y cotrimoxazol) como a los tratamientos de segunda línea (fluoroquinolonas).

Aunque en los últimos 4 años la mayoría de las tendencias al respecto se han mantenido estables, las septicemias causadas por cepas resistentes de Escherichia coli han aumentado en por lo menos un 15% en comparación con los niveles de 2017.

Con respecto a la Pseudomonas Aeruginosa, es una bacteria que se suele generar en ambientes hospitalarios y los más expuestos son los pacientes inmunocomprometidos. Infecta los pulmones y las vías respiratorias, las vías urinarias, los tejidos y también causa otras sepsis. También puede causar neumonía y es considerada potencialmente mortal.

Mientras que la Acinetobacter Baumannii, al igual que en el caso anterior, está catalogada como una infección hospitalaria. Es responsable de causar cuadros de neumonía, meningitis y hasta bacteriemia.

 

Por OVB

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