El control de temperaturas es uno de los aspectos más críticos en la seguridad alimentaria, ya que los microorganismos patógenos se multiplican rápidamente en condiciones favorables, especialmente en la llamada “zona de riesgo”. Comprender este concepto y utilizar herramientas como los termómetros de alimentos es esencial para prevenir enfermedades transmitidas por alimentos (ETA). En este artículo, exploraremos en detalle el peligro de la zona de riesgo, la importancia del control de temperaturas y cómo usar correctamente los termómetros para garantizar la seguridad alimentaria.


1. La Zona de Riesgo: 5°C–60°C

La zona de riesgo es el rango de temperaturas en el que los microorganismos patógenos, como bacterias, virus y parásitos, pueden crecer y multiplicarse rápidamente. Este rango se establece entre 5°C y 60°C (41°F y 140°F). Dentro de esta zona, las bacterias como Salmonella, E. coli y Listeria pueden duplicar su población en tan solo 20 minutos, lo que aumenta significativamente el riesgo de contaminación de los alimentos.

¿Por qué es Peligrosa la Zona de Riesgo?

  • Crecimiento Bacteriano: Las temperaturas dentro de este rango son ideales para la reproducción de bacterias.
  • Toxinas: Algunas bacterias, como Staphylococcus aureus, pueden producir toxinas que no se destruyen con la cocción, incluso si las bacterias mueren.
  • Riesgo de Enfermedades: El consumo de alimentos que han permanecido en la zona de riesgo durante demasiado tiempo puede causar intoxicaciones alimentarias, cuyos síntomas incluyen náuseas, vómitos, diarrea y fiebre.

Cómo Evitar la Zona de Riesgo

  • Refrigeración: Mantener los alimentos perecederos a una temperatura inferior a 5°C para ralentizar el crecimiento bacteriano.
  • Cocción Adecuada: Cocinar los alimentos a temperaturas superiores a 60°C para eliminar los microorganismos patógenos.
  • Enfriamiento Rápido: Reducir rápidamente la temperatura de los alimentos cocidos antes de refrigerarlos, evitando que permanezcan en la zona de riesgo.
  • Tiempo Limitado: No dejar los alimentos a temperatura ambiente durante más de 2 horas (o 1 hora si la temperatura ambiente es superior a 32°C).


2. Uso de Termómetros para el Control de Temperaturas

El uso de termómetros es una herramienta indispensable para garantizar que los alimentos se mantengan fuera de la zona de riesgo y se cocinen a las temperaturas adecuadas. Los termómetros permiten verificar que los alimentos alcancen y mantengan las temperaturas seguras necesarias para prevenir la proliferación de bacterias.

Tipos de Termómetros de Alimentos

  1. Termómetros de Sonda:
    • Ideales para medir la temperatura interna de carnes, guisos y líquidos.
    • Tienen una varilla metálica que se inserta en el alimento.
  2. Termómetros Digitales:
    • Proporcionan lecturas rápidas y precisas.
    • Algunos modelos tienen sondas desmontables para facilitar la limpieza.
  3. Termómetros Infrarrojos:
    • Miden la temperatura superficial sin contacto.
    • Útiles para verificar la temperatura de planchas, parrillas y hornos.
  4. Termómetros de Horneo:
    • Diseñados para permanecer en el alimento durante la cocción.
    • Ideales para asados y horneados.

Cómo Usar Correctamente un Termómetro de Alimentos

  1. Seleccionar el Punto Correcto:
    • En carnes, insertar la sonda en la parte más gruesa, evitando huesos o grasa.
    • En guisos o líquidos, asegurarse de que la sonda esté completamente sumergida.
  2. Esperar la Lectura Estable:
    • Dejar el termómetro en el alimento durante el tiempo necesario para que la lectura se estabilice.
  3. Limpiar el Termómetro:
    • Lavar la sonda con agua caliente y jabón después de cada uso para evitar la contaminación cruzada.
  4. Verificar Temperaturas Seguras:
    • Asegurarse de que los alimentos alcancen las temperaturas internas recomendadas:
      • Carnes de res, cerdo y pescado: 63°C (145°F).
      • Carnes molidas: 71°C (160°F).
      • Aves de corral: 74°C (165°F).
      • Sobras y guisos: 74°C (165°F).

3. Prácticas Adicionales para el Control de Temperaturas

  • Descongelación Segura:
    • Descongelar alimentos en el refrigerador, en agua fría (cambiando el agua cada 30 minutos) o en el microondas. Nunca descongelar a temperatura ambiente.
  • Mantenimiento de Equipos:
    • Verificar regularmente que los refrigeradores y congeladores mantengan las temperaturas adecuadas (menos de 5°C para refrigeradores y -18°C para congeladores).
  • Monitoreo Continuo:
    • En entornos profesionales, llevar registros de temperaturas para garantizar el cumplimiento de las normas de seguridad alimentaria.


Conclusión

El control de temperaturas es un pilar fundamental en la prevención de enfermedades transmitidas por alimentos. Evitar la zona de riesgo (5°C–60°C) y utilizar termómetros de manera adecuada son prácticas esenciales para garantizar que los alimentos se mantengan seguros en todas las etapas de manipulación, desde la refrigeración hasta la cocción. Estas medidas no solo protegen la salud de los consumidores, sino que también contribuyen a mantener la calidad y frescura de los alimentos. Adoptar estas prácticas en el hogar y en entornos profesionales es un paso clave hacia una alimentación más segura y saludable.

 

Por OVB

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