Con el tiempo y el uso frecuente, las esponjas acumulan bacterias y hongos. Si presentan grietas, orificios difíciles de limpiar, mal olor o cambios de color, ¡es hora de cambiarlas! Estos signos indican que ya cumplieron su vida útil y podrían estar contaminando tus utensilios.
🔍 Tipos de esponjas y sus características
1️⃣ Esponja clásica (amarilla)
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No son las más resistentes, pero con una buena limpieza y reemplazo periódico (aprox. cada 15 días), son una opción viable.
2️⃣ Esponja con revestimiento (brillante)
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Tienen una malla que evita que el interior se desprenda, pero son frágiles ante objetos filosos y suelen ser más costosas.
3️⃣ Esponja de fibra (finitas)
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La mejor opción: no se desarman y están autorizadas para uso en la industria alimentaria. Las más “duras” son de mayor calidad.
4️⃣ Esponja de silicona
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No acumulan bacterias como las tradicionales, pero si quedan húmedas, pueden desarrollar hongos (manchas negras). Además, son difíciles de conseguir.
✅ Consejos para mantener tus esponjas en buen estado
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Lávala y enjuágala bien después de cada uso.
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Guárdala lo más seca posible para evitar humedad.
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Desinféctalas con agua hirviendo o una dilución de lavandina (consulta nuestro post sobre “Desinfección de utensilios”).
⚠️ ¡Precauciones importantes!
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Nunca las metas al microondas, no es un método seguro de desinfección.
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Evita las esponjas metálicas, ya que desprenden partículas que pueden contaminar tus alimentos (¡incluso un niño podría ingerirlas sin darse cuenta!).
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Si la grasa está muy adherida, deja los utensilios en remojo con agua y detergente antes de fregar.
❓ Y tú, ¿hace cuánto no cambias tu esponja?