El cocinero del bar Grimaldi, establecimiento que distribuyó tortillas en mal estado durante los Carnavales de 2016 provocando una intoxicación masiva por salmonelosis así como la muerte de un joven con patologías previas, ha sido condenado por el Juzgado de lo Penal numero 3 de Cádiz a dos años de cárcel como autor de un delito de homicidio por imprudencia profesional, un delito contra la salud pública y 96 delitos de lesiones imprudentes.
El acusado ha evitado la celebración del juicio tras reconocer la autoría de los hechos por los que venía siendo procesado. Así, tras llegar a un acuerdo, ha sido condenado en firme a dos años de cárcel, una pena que ha quedado suspendida al carecer de antecedentes, por lo que no ingresará en prisión.
Asimismo, ha sido inhabilitado para ejercer como cocinero durante un año y medio.
En materia de responsabilidad civil, el encausado ha llegado a múltiple acuerdos con los perjudicados. El propietario del bar no tiene ninguna responsabilidad penal en este caso, sólo es responsable civil subsidiario. Ambos han sido representados por el abogado Felipe Meléndez.
Hechos probados
Ha quedado probado pues que en los Carnavales de Cádiz de 2016, el propietario del bar Grimaldi, sito en la calle Libertad número 2 de la capital gaditana, adquirió el 5 de febrero 36 docenas de huevos a una granja y se las entregó al cocinero del local, el ahora condenado.
Sobre las 20:00 horas de ese mismo día, éste hizo nueve tortillas de patatas que se quedaron tapadas individualmente con papel film y apiladas en una mesa de madera en el salón del establecimiento, ello “sin que estuvieran suficientemente cocidas”, de haberlo estado, “se hubiera eliminado la salmonela”.
Para su elaboración, el cocinero utilizó un barreño de los que se empleaban habitualmente para el transporte de la vajilla sucia. Allí mezcló los huevos con las patatas que había cortado su compañera “sin usar guantes ni lavarse previamente las manos”.
Al día siguiente, 6 de febrero, el cocinero elaboró ocho tortillas más “de la misma forma” que las cocinó el día anterior. Quedaron igualmente apiladas en la cocina del bar envueltas en papel film.
De los primeros síntomas al cierre del local
El día 6 de febrero, una empleada del Grimaldi consumió tortilla del local, lo que provocó que empezara a sentirse mal en el trabajo y se tuviera que ausentar del mismo. Como no mejoraba, acudió al hospital Puerta del Mar el 8 de febrero junto a sus dos hijos, a los que había llevado sendos bocadillos de tortilla también del bar.
Asimismo, otra empleada, la que cortó las patatas, necesitó acudir al hospital tras la ingesta de tortilla. Allí le diagnosticaron gastroenteritis, si bien después le confirmaron la existencia de salmonelosis.
“A consecuencia de la ingesta de los bocadillos de tortilla, que los afectados manifestaron en su mayoría que no tenían mal sabor, incluso que estaban sabrosas aunque poco cuajadas, se empezó a tomar conciencia de la intoxicación masiva”.
El 7 de febrero, sobre las 12:30 horas, miembros de Inspección de la Junta de Andalucía acudieron al bar Grimaldi para tomar muestras y, al tener conocimiento de que el número de afectados iba en aumento, volvieron a ir y ordenaron el cese de la actividad. Esto ocurrió el 8 de febrero sobre las 8:00 horas.
El informe de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía redactado a partir de las inspecciones realizadas en el establecimiento hostelero destacaba “graves irregularidades en la manipulación de los huevos que incumplían las normas, destacando la limpieza y el almacenamiento de las tortillas en cuestión”.
Los perjudicados
A consecuencia de la ingesta de tortillas contaminadas, resultaron afectadas 165 personas, 60 de ellas requirieron de ingreso hospitalario y una perdió la vida.
El 8 de febrero de 2016 falleció a las 2:50 horas en el hospital Puerta del Mar un joven que había consumido tortilla del Grimaldi a consecuencia de un “fracaso hemodinámico por toxoinfección alimentaria por salmonelosis al concurrir un tumor cromófobo renal, feocromocitoma, que exacerbó los efectos de la salmonelosis y que de no concurrir, no hubiera causado la muerte” del joven.
Los damnificados por comer tortilla en mal estado del bar Grimaldi en los Carnavales de 2016 ascendieron a 165. Prácticamente una tercera parte de los afectados requirió de asistencia hospitalaria. Algunos tardaron 15 días en recuperarse, otros, más de 30. En algunos casos, pocos, los perjudicados emplearon más de 100 días en curarse.